Observarse durante la masturbación es la forma
ideal de aprender lo que al otro le gusta, pero también es una forma de
sentirse cómodos. No siempre tiene uno ganas de tener una relación sexual, pero
seguro que siempre está uno dispuesto a contemplar el placer del otro.
Lo primero en cualquier nueva
experimentación, es preparar el ambiente, un lugar cómodo y relajado, la luz
adecuada y la seguridad de que nadie os va a interrumpir son imprescindibles
para que os sintáis seguros.
Tomad una ducha o un baño juntos, si eso os
agrada, podéis poner a mano algo de beber fresco o algún picoteo. Luego
acariciaos el uno al otro despacio, poniendo en ello todo el deseo y toda la
ternura de la que sois capaces.
Cuando
el mirón es él...
Para muchas mujeres masturbarse
delante de alguien puede ser una experiencia al principio un poco complicada,
ya que, suelen sentirse cohibidas y les cuesta mucho relajarse delante de
cualquiera, aunque ese cualquiera sea su compañero. Lo mejor es empezar abrazándola, proponiéndola que se
masturbe con poca luz o casi a
oscuras mientras tú la sigues acariciando. Poco a poco y después de varias
sesiones ve aumentando la cantidad de luz y cuando la notes lo suficientemente
excitada como para desconectar de su entorno obsérvala con atención procurando fijarte en:
La postura que adopta.
Donde coloca sus manos.
Donde coloca sus dedos para
estimularse, ya sea en el clítoris o en la vagina.
Como lo hace, la presión que ejerce
sobre sus genitales o el tipo de movimientos que realiza (estos dos factores
suelen variar a medida que sube la excitación)
Si se introduce o no los dedos en la
vagina.
Si acostumbra a parar y recomenzar o
lo hace todo seguido.
Los cambios que se producen en su
cara, pecho, clítoris y piel.
Si gime o grita.
Si agita la cintura, las piernas,
los brazos o la cabeza.
Como se relaja.
Concluida la experiencia abrázala y bésala
con cariño y agradecimiento por el espectáculo tan maravilloso que te ha
ofrecido.
La mayoría de los hombres se sienten
muy excitados cuando observan la excitación de su pareja, quizás porque de este
modo descubren que están con una mujer apasionada y ardiente.
Cuando
la que mira es ella...
Observarle a él mientras se masturba
te hará aprender muchas cosas que
posiblemente ignoras de la sexualidad masculina. A lo mejor él necesita verte y
tocarte antes de sentirse lo suficientemente excitado como para masturbarse
delante de ti. La mayoría de los hombres no suelen tener vergüenza por
mostrarse, pero si fuera así, las recomendaciones del párrafo anterior también
valen para este .Ahora él se está acariciando, observa atentamente estos puntos
:
La posición exacta de su mano.
La presión que hace sobre el pene.
El tipo de movimiento.
Los cambios que se producen en pene,
escroto y testículos.
Otros cambios como respiración,
expresión facial, contracciones musculares, sudoración...
Si además del pene estimula otras zonas de su cuerpo.
La secreción pre eyaculatoria.
El momento en el que para la estimulación.
Los cambios que tienen lugar después del orgasmo.
Esta experiencia también podéis
hacerla masturbándose los dos a la vez
lo cual la hace más excitante al
disfrutar por partida doble; viendo como lo hace tu pareja y a la vez
proporcionándote a ti mismo todo el placer de que eres capaz.
La
masturbación a cuatro manos es una de las experiencias más enriquecedoras de la
vida sexual de una pareja.
Masturbación a cuatro manos
Masturbación a cuatro manos
. Cuando estés perfectamente familiarizado con
la experiencia, podéis empezar a experimentar con la masturbación a cuatro manos. Nadie es capaz de saber algo
por arte de birlibirloque, para hacer una cosa bien antes hay que practicar y
esperar que no salga bien a la primera.
Como no hay dos personas que se
masturban de la misma manera,
“el maestro” debe enseñar “al alumno” lo que este no sabe. La observación directa es una buena fuente de aprendizaje pero no
solo. Asegúrate, pues, de dar instrucciones prácticas y concretas, no te
pierdas en generalizaciones.
Pon sus dedos o sus manos donde tú
quieres tenerlos y en ningún momento te sientas avergonzado por enseñar o
aprender algo, al igual que no te cortes y di con claridad lo que no te gusta.
Cuando las “clases” hayan terminado, ha llegado el momento de poner en práctica
todo los que has aprendido, sé generoso/a. Busca la postura que más cómoda
resulte y aspira a darle el máximo placer a tu compañero/a en la seguridad que
él o ella está pensando lo mismo.
La masturbación a cuatro manos es
una de las experiencias más enriquecedoras de la vida sexual de una pareja. ¡Ah!
Se me olvidaba, si no conseguís el orgasmo simultáneo, no hay porqué
preocuparse, cada uno tiene su tiempo y su ritmo, pero lo que tampoco sería
justo es que después de tu satisfacción le dejes al otro a medias. Es bueno
que cada uno sea testigo y dueño del orgasmo del otro. No olvides que el orgasmo
es una experiencia solitaria y lo bueno es compartir un “después” satisfecho y
feliz. No obstante, recuerda que puedes experimentar con caricias nuevas
durante la primera fase de la excitación pero después es mejor limitarse a lo
conocido. La mayoría de las personas no son partidarias de las sorpresas en la
fase final cuando están a punto de alcanzar el orgasmo, prefieren que las cosas
se hagan exactamente como se han hecho en anteriores ocasiones.
Disfruta
con tu pareja observándoos mutuamente y aprende del otro todo lo que puedas.
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