Invita a tu marido a una cita especial. Ducha los dos juntos con algún gel excitante. Limpieza cuidadosa de la zona anal de ambos. Luego le invitas a la cama.
Necesitas aceite de masaje y lubricante.
Véndale los ojos con un pañuelo de seda o similar para que pueda concentrarse en las sensaciones y hazle un masaje a conciencia.
Túmbale boca abajo y disfruta de él. Masajea todo lo que te apetezca empezando por cuello, hombros, espalda, piernas para luego centrarte en las ingles y las nalgas.
Cuando él decida, dale la vuelta y que siga el masaje por delante a tu antojo. Tu lo mismo, limítate a disfrutar y déjate llevar por sus brazos, pechos, pezones, ombligo y piernas e ingles pero sin tocar su pene para nada.
Pasado un buen rato es hora de darle la vuelta de nuevo y sin quitarle el pañuelo ponerle lubricante en la zona del culo. Primero masajear las nalgas para poco a poco acercarse al ano e ir acariciándolo. Puedes besar sus nalgas, y acariciar con la legua el perineo y el ano que estará receptivo y sensible a tus caricias.
Cuando todo el ano esté completamente relajado penétrale por detrás lentamente con un vibrador y siente como se desliza suave en su interior.
No dejes que se corra.
Ahora quítale la venda y te la pones tú y le pides que ahora te toca a ti.
Masaje por detrás, por delante y de nuevo por detrás. Lubricante en el culo y pídele que te penetre primero con un dedo y luego con su pene.
Puedes probar un par de posturas que te facilitarán la penetración anal.
Y todo con los ojos vendados hasta que os corráis como locos.
Será una experiencia única.
Feliz sexo